Obesidad y corazón
Como el exceso de peso afecta tu salud en cada etapa de la vida
Dr. Gesiel Castillo
12/9/20254 min read


La obesidad es una de las enfermedades más frecuentes en Bolivia y en el mundo, y no discrimina edad: afecta a niños, jóvenes, adultos y personas mayores. Con el paso del tiempo en mi consulta he visto cómo el exceso de peso influye directamente en la aparición de enfermedades del corazón y acelera problemas que podrían haberse evitado con prevención temprana.
Hoy quiero explicarte, de forma clara y científica, cómo la obesidad daña el corazón en cada etapa de la vida, por qué es una condición que debemos tomar en serio, y qué pasos concretos puedes dar desde ahora para mejorar tu salud cardiovascular.
¿Por qué la obesidad afecta tanto al corazón?
La obesidad no es solo “tener unos kilos de más”. Es una condición que afecta a todo el organismo, particularmente al sistema cardiovascular. El exceso de grasa en el cuerpo provoca:
Inflamación crónica, que acelera la formación de placas en las arterias.
Aumento de presión arterial, porque el corazón debe bombear contra mayor resistencia.
Elevación del colesterol y triglicéridos, lo que facilita obstrucciones.
Mayor riesgo de diabetes, una de las principales causas de enfermedad coronaria.
Sobrecarga del corazón, que debe trabajar más para enviar sangre a un cuerpo más grande.
La ciencia es clara: el riesgo de desarrollar un infarto, un ACV o insuficiencia cardíaca aumenta significativamente a medida que el peso corporal sube por encima de lo saludable.
Obesidad en niños: el inicio silencioso del daño
En los últimos años he visto con preocupación el aumento de la obesidad infantil.
Padres que normalizan el sobrepeso porque “está sanito”, o que confunden apetito con nutrición adecuada, sin saber que:
Los niños con obesidad pueden desarrollar hipertensión temprana.
Presentan niveles altos de insulina, que predisponen a la diabetes tipo 2.
Sus arterias ya muestran signos de inflamación desde pequeños.
Tienen más probabilidad de ser adultos con enfermedad cardiovascular.
Un niño con obesidad hoy, muy probablemente será un adulto con problemas cardíacos mañana.
Y lo más importante: los hábitos que generan obesidad infantil son casi siempre modificables.
En adolescentes: presión, colesterol y autoestima
La adolescencia es una etapa crítica.
La obesidad en esta edad se asocia con:
Aumento de presión arterial.
Colesterol LDL elevado.
Triglicéridos altos.
Sedentarismo por mayor uso de pantallas.
Cambios emocionales que llevan a comer por ansiedad.
A nivel cardiológico, un adolescente con sobrepeso ya está acumulando riesgo futuro, aunque aún no presente síntomas.
He atendido jóvenes de 16 o 18 años con niveles de colesterol comparables a los de adultos de 50 años. Esto no es casualidad: es consecuencia directa del estilo de vida.
En adultos jóvenes: la etapa del “estoy bien, no siento nada”
Entre los 25 y 40 años, muchas personas creen que el sobrepeso “no hace daño” porque pueden trabajar, estudiar y hacer su vida “normal”.
Pero internamente ocurre lo contrario:
El corazón trabaja con mayor esfuerzo.
Las arterias comienzan a endurecerse.
La inflamación aumenta y acelera la aterosclerosis.
El metabolismo se vuelve más lento.
Y lo más peligroso: no hay síntomas.
Muchos de los pacientes que hoy veo con angina o hipertensión comenzaron con sobrepeso en esta edad, pero ignoraron las señales porque “no les dolía nada”.
En adultos mayores: cuando el corazón ya no puede compensar
En esta etapa, los daños acumulados aparecen:
Problemas para respirar al caminar.
Hinchazón de piernas.
Angina al esfuerzo.
Insuficiencia cardíaca.
Arritmias.
Riesgo elevado de infarto.
La obesidad vuelve más difícil el control de enfermedades previas, como diabetes o hipertensión, y hace más complejos los tratamientos cardiológicos.
Lo que la ciencia recomienda hoy
En el Congreso Mundial de Cardiología se habló mucho sobre el papel de la inflamación vascular y cómo la obesidad acelera ese proceso. También se presentó evidencia de que medicamentos como los agonistas GLP-1
(semaglutida, tirzepatida) pueden:
Reducir peso de manera sostenida,
Disminuir inflamación,
Mejorar perfil metabólico,
Y proteger directamente al corazón.
Pero incluso con estos avances, la base sigue siendo:
Alimentación saludable,
Actividad física regular,
Chequeos médicos,
Y control de peso desde edades tempranas.
En mi consulta: lo que veo todos los días
He visto personas mejorar su presión, dejar de sentir dolor al caminar, bajar colesterol sin tantos medicamentos y recuperar energía solo con cambios de hábitos y un plan de tratamiento adecuado.
También he visto lo contrario: pacientes jóvenes llegar con infartos porque normalizaron durante años el exceso de peso.
La obesidad no es una falla personal; es una enfermedad que debe tratarse con respeto, información y acompañamiento profesional.
¿Qué puedes hacer desde hoy?
Aquí te dejo pasos simples, realistas y adaptados a nuestra región:
Camina 20–30 minutos diarios
Tarija tiene clima perfecto para esto.Reduce bebidas azucaradas y jugos envasados
Que en tu plato la mitad sean verduras o frutas
Modera sal y frituras (muy comunes en nuestra gastronomía)
Controla tu peso una vez al mes
Realiza un chequeo cardiológico anual si tienes más de 35 años o factores de riesgo.
Pequeños cambios, sostenidos en el tiempo, reducen significativamente el riesgo de enfermedad cardíaca.
La obesidad no define quién eres, pero sí influye profundamente en cómo funciona tu cuerpo y en cuánto puede acompañarte tu corazón. Lo importante es entender que nunca es tarde para empezar, pero mientras antes lo hagas, mejores serán los resultados.
Como cardiólogo, mi compromiso es ayudarte a comprender tu salud y acompañarte en ese camino.
Tu corazón trabaja por ti todos los días.
Hoy puede ser un buen momento para empezar a cuidarlo de vuelta.
Consultorio
Calle Ejercito entre Alejandro del carpio y Avaroa
Cardiologia e imagenologia cardiaca